Aquí vamos con una nueva anécdota de ciclovía. Hoy me levanté temprano, acaricié a las gaticas mientras comían y luego me metí a bañar. Al salir de la ducha vi que mi novia ya estaba despierta, y Ella —la gatica pequeña— estaba encima de ella, dejándose acariciar. Ese es uno de sus planes favoritos. Roma, la otra gata, estaba al lado de la cama observándolas a las dos.
Me organicé y le propuse a mi novia que me acompañara. Ella se rió porque sabe que no le gusta ese plan. Yo tomé las llaves, el celular, y abrí la puerta para comenzar la aventura.
Vivo en un piso 26, y el ascensor tarda más o menos un minuto en llegar, más otro minuto en bajar. Saludé al portero y llamé a mi mamá. Aunque estaba dormida, no me dio pesar despertarla porque ya es parte de nuestra rutina: la llamo mientras camino hasta el Euro de Sabaneta. Durante el recorrido conversamos y acordamos que hoy almorzaríamos en su casa, acompañados de mi papá, mis hermanos, mi novia y mi suegra.
Al llegar al Euro, comencé mi rutina de estiramiento y abrí una aplicación que descargué para hacer seguimiento a mis ejercicios: la app de Nike. Me ha parecido muy práctica hasta ahora. Mientras calentaba, vi a un chico corriendo a gran velocidad, con toda la pinta de un corredor avanzado. Supe de inmediato que no era alguien a quien intentaría alcanzar, así que enfoqué mi atención en otros posibles "objetivos".
Vi dos parejas trotando a buen ritmo. Me propuse superarlos como parte de mi reto personal. Alisté la app, le di “Iniciar” y comencé a trotar. Me di cuenta de que había una cuenta regresiva de 3 segundos, así que me devolví un poco para comenzar desde mi punto habitual. Me gusta ser estricto con eso.
Comencé muy motivado, con la idea clara de superar mi tiempo de la semana pasada. Aunque había sido una buena marca, terminé muy cansado. Esta vez quería mantener un ritmo fuerte, pero más equilibrado. Antes de terminar las dos primeras cuadras, ya había superado a las dos parejas, sumando así cuatro adelantamientos rápidos.
Seguí trotando y antes de llegar a la estación de servicio Texaco ya había alcanzado a otra persona. Me di cuenta de que podría ser un gran día para marcar muchos adelantamientos. Salí más temprano de lo habitual; el día estaba frío y el piso mojado, pero el cielo despejado me animaba a continuar.
Más adelante vi a otra pareja de amigos trotando a buen ritmo. Estaban lejos, pero me motivé a alcanzarlos. En ese intento me adelanté primero a una chica que iba sola y que, curiosamente, venía escribiendo en su celular mientras trotaba a buena velocidad. No sé cómo lo hacía. Yo no podría: entre leer y no caerme, creo que sería misión imposible. Ella fue mi sexta persona adelantada.
Como aún no habían terminado de poner todos los conos de tránsito en la ciclovía, tuve que prestar más atención al cruzar por la avenida Las Vegas, donde todavía transitaban vehículos. Opté por ir por la acera, donde hay una vía para bicicletas, pero no me gusta mucho por los desniveles, así que regresé a la avenida, pegado a la derecha y con mucha precaución.
Antes de llegar al cruce del semáforo ya había alcanzado a los dos corredores que me había propuesto como objetivos. Ellos fueron mis séptimo y octavo adelantamientos. Luego del semáforo aceleré el paso aprovechando que la vía va un poco en bajada hacia Mayorca, y ahí logré mi noveno objetivo.
Al llegar al primer puente de Mayorca, donde suelo hacer el retorno, me encontré con otra persona. Solo la alcancé, no la superé, así que no la conté como adelantamiento. Miré el cronómetro y marcaba 11 minutos con algunos segundos que no logré ver bien. Me emocionó porque en ocasiones anteriores ya pasaba de los 12 minutos en ese punto.
El regreso empezó con fuerza. Sentía que tenía energías para superar mi tiempo anterior y, además, me motivaba saber que ya había adelantado a muchas personas. Esto realmente me activa el ego. Creo que tengo un espíritu competitivo muy fuerte, y aunque en realidad no estoy compitiendo con nadie, en mi cabeza me monto la película… y eso me impulsa.
Al llegar nuevamente al semáforo del cruce peligroso, noté que ya habían puesto los conos de separación, lo que me permitió ir más tranquilo por la avenida, ahora reservada para deportistas. Seguí trotando y alcancé a mi decimo objetivo. A lo lejos vi a un señor vestido de naranja que recordaba haber visto antes de llegar a Mayorca. Me propuse alcanzarlo antes de llegar a la bomba Texaco, y justo en ese punto, lo logré. Once objetivos superados.
Ya casi llegando al Euro, donde finalizo mi recorrido, estaba muy motivado por ver mis resultados y conocer más funciones de la aplicación de Nike. Al detener el cronómetro, vi que había hecho el recorrido en 25:06, superando mi marca anterior. Además, descubrí que el recorrido tiene una distancia de 4,66 km y que mi ritmo promedio fue de 5’23’’.
Estos serán los nuevos números a vencer en las próximas ciclovías. Al final, mi verdadera competencia soy yo. Mi objetivo será seguir superando al Juan Fernando de la semana pasada. Ese será siempre mi mayor reto: superarme cada vez más.
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